A las 10 am cambiaba la programación los padres se levantaban, era hora de desayunar y la programación se volvía programas que hasta la fecha no recuerdo ni comprendo porque nos autorizaban verlos.
El almuerzo y posteriormente Domingo para todos, seguido de la de Cantinflas o la de Pedro Infante según la que estuviera más entretenida o se hubiese visto menos veces, o gustara más (Escuela de vagabundos, los tres garcía, a toda máquina, etc, etc.) y si estabas con los tíos el día se coronaba con Siempre en Domingo.
A medida la gente crece los gustos van cambiando, las actividades van aumentando y ya no nos levantabamos a las 6 am para los muñequitos, nos levantabamos a las 7 am para ir a misa, para luego ir a jugar y luego regresar a almorzar para ver la película de la tarde, si es que en el grupo de la Iglesia no había excursión para el volcán, o el lago, o un retiro (que esperabas con ansiedad tres meses para que durara tres días y el efecto pasará en dos más)
El último cambio que tengo presente fue cuando empecé a trabajar, me perdía toda la interacción de la mañana, la tarde y parte de la noche, pero siempre hubo algo que hasta que un domingo no vuelva a pasar voy a sentir que mis padres no están descansando realmente, la escena es mi hermano leyendo en un sillón o en la compu (nos turnábamos), de esta estampa no creo que seamos parte a la próxima,
Pero son las 11 am, mamá está en el jardín cuidando sus rosas, yo entro a la casa y el soundtrack incluye todas estas canciones en el radio de papá (sí éstas son parte de la playlist de despedida)
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